Bioética, infertilidad y técnicas de reproducción humana asistida

De la medicina clínica a la medicina social

  • Jorge Alberto Álvarez Díaz

Resumen

Se calcula que de 80 millones de parejas en el mundo con algún tipo de problema para reproducirse, la mayoría se encuentran en países menos desarrollados (PMD). Esto se debe a las secuelas de infecciones de transmisión sexual (ITS), tuberculosis, infecciones secundarias a abortos inseguros, sepsis puerperales, etc., lo que se une a ausencia de (o un bajo) acceso al diagnóstico y tratamiento oportunos y/o adecuados, y a otros factores, como el papel que juegan los varones como transmisores de ITS. Además, el estrés psicosocial es mayor en parejas infértiles de países menos desarrollados. Se menciona que el tratamiento de la infertilidad mediante técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) es muy caro y por ello difícil de ofrecer en el sector público de atención sanitaria. Desde el punto de vista sociológico podría explicarse parcialmente la presencia de TRHA en PMD, ya sea mediante una perpetuación de la clase dominante mediante esta tecnología (quienes pueden pagarla), frente a una clase dominada que da lo mismo si tiene hijos o no en tanto que mano de obra intercambiable; o bien, podría explicarse mediante las adaptaciones que se dan en procesos de glocalización, donde lo global adopta formas distintas en diferentes contextos locales. Finalmente se hace una crítica al centro de toda la problemática que a fin de cuentas es ética: al considerar la infertilidad como una enfermedad, la medicina sigue colonizando terrenos que no son suyos (como el de la reproducción), no solamente en el plano clínico, sino en el plano moralizante, ya que la definición de infertilidad asume como pareja infértil a una pareja conyugal que practica un coito heterosexual pene-vagina: este sería el modelo “natural” que propone la medicina reproductiva.

Publicado
2012-02-17